Viajeros
Pensando en 'Conceptos Viajeros' un texto de la filosofía holandesa de Mieke Bal. Viajando en avión, las oportunidades del pensamiento —cuasi celestial, y al mismo tiempo sin tierra.
Volando entre sueños, voy recordando la "Serie de eventos afortunados", que me trae a mis preguntas actuales y la posibilidad de seguir creando arte referente a migración y esperanza. Imposible no pensar en la resonancia que me dejo el proceso de "Aeropuertos llenos de esperanza" en que comencé este viaje de reconocer mis procesos migratorios desde lentes y colaboraciones artísticas, y el camino trazado por artistas latinos en Canadá que me ha ayudado a tener una plataforma que ya tiene cimientos para artistas que comienzan a reconocer su linaje en el norte.
Imposible no remitirme a ellos en aviones.
Las historias que transitan por aviones. Nada vive en los aviones, todo pasa, sea 1, 5 o 24 horas. Los aviones contienen memorias en el cielo, las transportan por encima de los mapas, como los sueños de teletransportación, así como el mundo onírico es la fuente sustancial de la cual están hechas las obras artísticas, viajes interiores, mismos que nos inundan de paz, lo mismo que de caos y frustración.

El artista emprende en un terreno muchas veces fangoso, rocoso, ligero y durante el proceso, en ocasiones se pierde el norte, no se tienen los pies en la tierra de origen, aquella que los ve crecer, y sin embargo, ahí están viajando por el mundo para poder aterrizar en un aeropuerto interno, para encontrar sus por qué y para qué.
Las historias en los aviones lloran, y ríen, y se conmueven; unas duermen, otra distraídas; otras miran el cielo con la contemplación y el agradecimiento: Volar por un cielo que no nos pertenece hacia otros países que no saben pronunciar nuestro apellido y de los que conoceremos solo la superficie.
Se aterriza con un jetlag que nos confunde, —hace unas horas mi contexto geográfico era otro. Y así, entre geografías y humanos, el pensamiento móvil se flexibiliza con la interacción, así mismo ese encuentro modela la psique del artista, es en este momento de resonancia, que la actividad artística cobra una voz propia y colectiva, sirve a un fin más allá del creador, es entonces cuando hablamos de arte con sentido y significado, nutricio, más allá de las formas el tiempo y el espacio.

Los conceptos viajan para expandirse, de boca en boca se redescubren. Una cultura conoce a la otra. Intercambian no solo palabras sino creencias, religiones, política, amistad… después se despiden. Entre dos humanos que se abrazan, el residuo de lo vivido es semilla. Interacciones que cros-polinizan (cros-politizan) el mundo y así la creación artística puede ser una experiencia de emancipación.
Una mirada no se expande en soledad, no hay manera de crecer sin relacionarnos con la otredad símil. ¿Qué viaja y qué se estanca? ¿Qué se queda y qué se mueve? ¿Qué muere en el camino? El movimiento, y su relación con la pérdida.
Personal de las aerolíneas, observadores, testigos fieles de todo el pasar, que escuchan un poco de todo, casi comprenden a los cuerpos en movimiento y sus motivaciones, si se sabe ver entre líneas, ellos saben que los viajeros no son de ninguna parte sino de todas, que los idiomas tienen un común denominador: el cuerpo humano.
La superficie y la profundidad están en contacto continuo. La oportunidad de mirar más allá de lo que se ve está en la atención que desees prestarles a las cosas, en los subtextos.
*Nota: si bien en este momento la metáfora y la inspiración llega de un avión, el viaje es metafísica del movimiento. La interacción, y el salir de nuestras zonas conocidas para adentrarnos en el misterio de lenguajes desconocidos, que quizá al reconocer, nos regresaron más profundo a nuestra propia raíz, y nos iluminarán posibilidades de reinterpretación de nuestras propias memorias al verlas desde la amplitud de otras miradas humanas y artísticas.